LA COMPLEJIDAD DE LA CONTRATACIÓN LABORAL

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado 11 de noviembre, que se simplificará la contratación laboral y que quedarán tan solo tres tipos de contrato: Indefinido. Temporal y Formación. Este anuncio es algo que siempre se ha deseado. La simplificación favorecerá la contratación. No obstante, habrá que esperar a la norma que realice la simplificación.

La gran cantidad de bonificaciones y descuentos que existen en la actualidad en las distintas modalidades no se pueden eliminar sin atender a la contratación de determinados colectivos que son más vulnerables. Si bien en la actualidad según el SEPE, en su última guía de contratos publicada, los contratos se reducen a solo 4, y se indica textualmente que: «la guía se estructura de forma que resulte comprensible como manual de conocimiento de los cuatro modelos de contratos (indefinido, temporal, para la formación y el aprendizaje y en prácticas), sus características y las cláusulas específicas que puedan presentar cada uno de ellos, en función de las peculiaridades del trabajador y/o del empresario». La realidad es bien distinta. Las particularidades que existen en cada uno de ellos, atendiendo precisamente a las peculiaridades de cada uno de los distintos colectivos, vuelve a complicar su aplicación.

Si se atiende, igualmente, a las palabras del Presidente, «se va a reducir sustancialmente el número de bonificaciones y deducciones a la contratación, dejando solo aquellas que afectan a los colectivos más vulnerables y necesitados», se podría eliminar la complejidad existente. Lo difícil de compaginar es qué bonificaciones y descuentos se eliminarán para no desfavorecer a los colectivos más vulnerables. En la actualidad casi todas las bonificaciones y descuentos existentes van encaminadas a favorecer el empleo a esos los grupos sociales más necesitados de ofertas de trabajo. “Hace ya más de cinco años que el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor, propuso que España contemple la posibilidad de la implantación de un «contrato único abierto» para frenar el elevado desempleo, sobre todo juvenil, y para acabar definitivamente con la dualidad del mercado laboral.” Esta propuesta ya se ha planteado. Pero la oposición de algunos grupos sociales así como la falta de concreción, a la hora de promover el empleo precisamente en los grupos sociales más necesitados de oferta d empleo le ha impedido prosperar. La contratación laboral, de momento, sigue siendo compleja y con los planteamientos ofrecidos no parece que tengan una solución inmediata.